HIPERTENSIÓN ARTERIAL
La función celular se realiza en forma constante, por lo cual es necesario un continuo aporte de
nutrientes y un constante drenaje de metabolitos celulares. Para que esto sea posible se
necesita un flujo sanguíneo que asegure una adecuada perfusión tisular.
Para poder manejar este fluido sanguíneo se requiere de una fuerza capaz de vencer la
resistencia a la circulación. Dicha fuerza es producto de la actividad cíclica del corazón, que
determina una presión denominada presión arterial.
La presión arterial ejerce una fuerza de distensión que empuja la pared del vaso hacia fuera, y
es contrarrestada por una fuerza de contención que corresponde, precisamente, a la tensión de
la pared del vaso. Cuando dichas fuerzas, distensión y contención, se equilibran, el radio del
vaso considerado permanece constante.
La presión arterial, la tensión y el radio, se relacionan entre sí en la ecuación de Laplace:
P = T/R